Mientras tanto, Ibiza se moviliza para alertar de las consencuencias que podría tener para sectores como la pesca y el turismo

Una ola de protestas recorre la isla de Ibiza y gran parte de las Baleares en contra de las prospecciones petrolíferas en el Golfo de Valencia. Sin embargo, la Comunidad Valenciana permanece impasible ante las consecuencias que, según varios estudios, podrían tener las nuevas catas previstas en el mar Mediterráneo. Mientras en las Pitiusas cientos de personas han presentado las alegaciones pertinentes al proyecto ante la Subdelegación del Gobierno, las oficinas estatales de Alicante, Castellón y Valencia sólo han recogido una rúbrica en total.

El proyecto se encuentra en fase de exposición pública y recogida de objeciones por parte de los ciudadanos. En Ibiza es la asociación Mar Blava la que se ha erigido en canalizadora del movimiento, facilitando los trámites para que habitantes, residentes, propietarios, turistas o amantes de la «isla blanca» en general muestren su repulsa. Aseguran que el impacto medioambiental del proyecto es crítico, afectando muy negativamente a la supervivencia de numerosas especies marinas: peces, cefalópodos, tortugas o cetáceos, y es por tanto «inasumible». Además, especifican que la medidas correctoras y preventivas propuestas de cara a evitar o reducir afecciones no son eficaces. Sobre todo porque «el procedimiento de evaluación de impacto ambiental que se está siguiendo no es el adecuado» debido a que «se ha fragmentado en tres fases: sondeos acústicos, sondeos de exploración y la explotación comercial de los pozos de petróleo». Algo que, explican, es «parte indisoluble del mismo proyecto, y se pretende analizar su impacto de forma separada», por lo que «el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) presentado no analiza la situación correctamente: toda una serie de impactos ambientales y económicos (pesquerías, turismo, etc.) quedan infravalorados».

En un mapa interactivo, reflejan todos los proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos (petróleo y gas) actualmente en marcha tanto en el área balear como en la Comunidad. Proyectos que buscan extraer petróleo y/o gas en el subsuelo marino, calificados como prospecciones en «aguas profundas» por medio de plataformas petrolíferas en alta mar. «Son de la misma naturaleza que el que provocó uno de los mayores vertidos de crudo de la historia: el de la plataforma Deepwater Horizon en el golfo de México, en mayo de 2011», explican desde Mar Blava.

«Cañonazos»

Pero no es sólo el riesgo de fugas lo que ha movilizado a la sociedad balear, sino el hecho de que durante casi dos meses se dispararán cada 10 segundos «cañonazos» de aire comprimido en el lecho marino con funestas consecuencias para flora, fauna y su consiguiente repercusión en sectores como la pesca o el turismo, eje de la economía mediterránea.

Contemplada por no pocos como paraíso de la fiesta y el descontrol, Ibiza vuelve a demostrar que su espíritu ecologista sigue latiendo con la misma fuerza que hace décadas. Otra iniciativa de gran éxito inunda las redes sociales con la etiqueta #EivissaDiuNo (Ibiza dice no), en la que opositores a la fiebre del petróleo aparecen semidesnudos y sólo tapados con un cartel de repulsa. Alicante, Castellón y Valencia permanecen ajenas. Tienen hasta el próximo 10 de febrero para firmar su alegación. Fuente