Los embalses de la Comunidad Valenciana llevan ya 22 semanas seguidas perdiendo reservas y algunos ya están vacíos o en niveles ínfimos, una situación extrema que, además, está generalizada en las tres provincias, debido a la falta de precipitaciones.

Los casos límite se localizan en María Cristina (Castellón) y Algar (Valencia), donde ya están a cero, pero otros pantanos se encuentran cerca de llegar a ese punto, como Forata (Valencia), donde solo queda un hectómetro cúbico, o Amadorio (Alicante), Buseo (Valencia) y los castellonenses El Regajo y Ulldecona, con dos hectómetros acumulados.

Globalmente, la reserva hidráulica de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se encuentra al 39,7% de su capacidad total, ya que actualmente dispone de 1.326,5 hectómetros cúbicos de agua embalsada, lo que representa una disminución de 13 hectómetros cúbicos con respecto a los niveles de la semana anterior.

Por autonomías, la Comunidad Valenciana es junto con Murcia el territorio con más carencia de agua, al contar con un 29% de la capacidad de sus embalses, según los datos semanales difundidos ayer por el Ministerio de Medio Ambiente. En el balance provincial, Castellón se encuentra al 22% y Valencia al 25%, únicamente mejor que Almería.

Los bajos niveles afectan de forma generalizada a todas las zonas, desde el Turia al Serpis y la Marina Baja, pasando por el Mijares y el Palancia, todos a una cuarta parte de su capacidad total.

La mitad de uva

La Unió de Llauradors manifestó ayer su preocupación ante el inicio de la recogida de la cosecha de Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó tras haber observado en esta campaña una merma de la producción en algunas variedades de entre el 30% y el 50% respecto a la anterior, a causa de la sequía.

Con todo, «se prevé una cosecha con una buena calidad y unos precios, tanto en campos como en el mercado, mejores que el año pasado», según esta organización agraria.

La campaña se llevó a cabo durante todo el mes de julio y, desde hace un par de semanas, 20 días antes de lo habitual debido a la sequía, se está procediendo a la recogida de la cosecha de las variedades Ideal o Moscatel Embolsado, Red Glove y Doña María. El principal inconveniente al que se han enfrentado los productores de uva de mesa durante esta campaña ha sido la escasez de agua.

«La falta de lluvias de los últimos meses en la comarca alicantina del Vinalopó ha propiciado que los costes de producción se hayan disparado notablemente en relación a otros años», subrayaron desde La Unió.

Además, «los pozos de donde nos nutrimos se están vaciando y tenemos el agua justa para regar», lamentaron. En consecuencia, es «importante que los acuíferos se recuperen para futuras cosechas». Fuente