El flyboard, una tabla con botas que propulsa al usuario por encima del agua, se ha convertido en los últimos años en una atracción de moda en las costas de medio planeta. Su creador, Franky Zapata, todo un campeón mundial de motos acuáticas, presenta ahora una espectacular evolución de su tecnología.

Se llama Zapata Flyride y es una estructura ligera de 2 plazas similar al chasis de una moto de agua convencional, excepto que posee unos controles añadidos para despegar y aterrizar en unos pocos segundos. Dicen que su manejo es más fácil que una bicicleta al no tener que preocuparse del equilibrio. El funcionamiento es simple: el flyride está conectado a una moto acuática a través de una manguera por donde el agua sale propulsada por dos dispositivos dirigibles ubicados en la parte delantera de éste. En resumen, basta con apretar un botón para que piloto y pasajero (hasta 200 kilos) se eleven hasta 10 metros de altura.

La gran innovación de esta tecnología se encuentra en el sistema de autoequilibrado: un control de vuelo asistido por ordenador que va corrigiendo automáticamente la posición del aparato al milímetro gracias a un conjunto de sensores y programas informáticos, manteniéndolo erguido en todo momento. Ofreciendo cuatro modos de vuelo, permite ser utilizado desde riders profesionales a niños.

Aún hay más sorpresas, ya que en los controles hay un botón que al presionarlo, una vez se tiene altitud suficiente, hace girar la estructura sobre sí misma a toda velocidad a modo de piruetas, haciendo la experiencia más extrema. Además, a diferencia del flyboard que requiere estar en el agua para propulsarse con seguridad, el nuevo sistema permite comenzar a disfrutar de la experiencia desde la orilla de la playa o desde un muelle. Por último, el aparato cuenta con un transmisor inalámbrico para controlar de forma remota el acelerador y en encendido y apagado del sistema. Fuente

El Zapata Flyride está a la venta por 7.200 euros.